La configuración geográfica y urbana de la ciudad de Gijón queda perfectamente plasmada en lo que es la estructura de la Oferta de Alojamientos Turísticos existente en la misma.

En principio, el Municipio tiene un peso relativamente bajo en términos de Oferta dentro de la región, pues apenas concentra un 10% del total de plazas de alojamiento del Principado, lo que nos da una idea de la fragmentación de la misma a lo largo del territorio asturiano. Sin embargo, esta visión cuantitativa queda relegada a un segundo plazo al verificar el número de plazas en la ciudad de Hoteles, que alcanzan las 2.632 plazas y llegan a suponer un 18,7% de la Oferta total de Asturias y más de la mitad de la oferta del Municipio. En contraposición, tenemos el subsector del Camping que cuenta con sólo dos establecimientos y aún asumiendo una importancia relevante con casi 1.800 plazas, un tercio de la Oferta de Gijón, queda desplazado a un segundo plano, en contra de la estructura más clásica de la Oferta turística en la costa asturiana (Figura 1).

Por otra parte, esta visión cualitativa mejora al observar cómo son los establecimientos de mayor calificación quienes presentan pesos relativos superiores. Por ejemplo, el 40% de la oferta de Cuatro estrellas se encuentra en la ciudad, y el 21% de la hotelería de Tres estrellas. Lo mismo ocurre con la tipología de los Hostales, siendo muy superior el número de plazas en Dos estrellas.

Tal configuración supone una oferta más permanente, de mayor calidad y de mayor contribución económica, lo que, indudablemente, guarda una estrecha relación con la relevancia del turismo de Negocios, por otra parte más característica de ciudades y de zonas económicamente más relevantes.

Por el contrario, debe destacarse la escasa apuesta realizada por el sector en el Municipio con relación a las fórmulas de mayor desarrollo en el Turismo de Asturias: las Casas de Aldea (un sólo establecimiento), además de los Apartamentos Rurales, apenas presentes en la oferta de la ciudad. Este perfil de nuevo avala la idea de concebir Gijón como destino de ciudad, menos visto como entorno rural, aunque con posibilidades de desarrollo en las zonas rurales del Municipio.

La existencia de dos fuentes de turismo en Gijón queda, igualmente, puesta de manifiesto en el análisis de las Tasas de Ocupación. Previamente hay que indicar que el S.I.T.A. estima unas tasas de ocupación con una metodología estadística de región, zona geográfica y tipo de establecimiento, pero no con un desglose específico por municipios. Por consiguiente, los datos presentados son relativos a la zona Central y reflejan los resultados globales de todos los alojamientos ubicados en la misma y en cuanto a la tasa de ocupación de Hotelería, ésta es calculada a nivel regional, con lo que se asumen una no identificación total de esos resultados con el caso de Gijón pero que nos permiten aproximar las principales tendencias y estacionalidades en sus curvas al Municipio, debido fundamentalmente a la importancia cuantitativa que representa el mismo en la Oferta turística regional (Figura 2).

Figura 2: TASA DE OCUPACIÓN POR ZONAS. (Hotelería y Turismo Rural).

Como cabe observar la zona Centro mantiene siempre Tasas de Ocupación de su Oferta Turística superiores a las otras dos zonas de Asturias. Además, en un amplio tramo central presenta una mayor estabilidad u horizontalidad, aunque también aparece la típica punta turística del mes de Agosto. Se trata, en consecuencia, de un comportamiento no tan estacional, menos dependiente de los meses vacacionales, en parte, debido a la existencia de la demanda de viajes motivados por el trabajo y los negocios.

Líneas similares se presentan en la comparación de las Tasas de Ocupación de la Hotelería, con niveles de trabajo superiores al Turismo Rural. La Hotelería asturiana, y, por tanto, la gijonesa debido a su peso específico, presenta unas tendencias de crecimiento en la ocupación durante los primeros meses del año, para posteriormente mantener un cierto equilibrio durante la primavera hasta la temporada estival de Julio y Agosto, donde alcanzan los índices más altos de ocupación. Es después donde se invierte la curva, presentando Septiembre y Octubre niveles de actividad similares a los de primavera pero con un descenso importante a finales del año.